PEZÓN Y MIEL. Para Amaru Quiroz Salerno.
PEZÓN Y MIEL
para Amaru Quiroz Salerno, amor amado.
I
Fiesta
Afilas
la ternura.
Sacaste
punta a mis carbones
escribí,
dibujé
Hombría
almíbar
a
mis duraznos infantiles
justo
dictamen de dulzura
que
de saber vivir en otra tierra
pretendo
las mieces de tus brazos
y
otra vez,
y
otras.
Tus
ojos se resumen en el iris cotidiano,
desfila
la vértebra del abecedario
para
unirte a las caderas de mi madre.
Par
de fieras azules
danzan…
los toneles
la
bodega es una fiesta
chicha
y a embriagarse!
Los
bailes tribales se humedecen
que
a parir primera cría
vengo
prolongación
de garras y rugidos.
II
Vengo
Vengo
dos
hojas de otoño
A
buen entendedor
un
prendedor de ocres
en la solapa
Pisadas
crujientes
al patio de
atrás
al
de las manzanas de guardar
al
del nogal parturiento
Al
mismo tiempo el pan bien caliente
mi
madre, el azúcar, el dulce.
III
Mariposa
Insecto te duermo
en
el pliegue de las manos
y
hecho a volar después
cuando
tus ojos sobre las alas
me
desnuden
dejen
caer mi ropa en harapos
y
no haya textura y órgano del cuerpo
que
no rejuvenezca pícaro
para
amar y reír.
IV
Áspera
Pero
en tanto, tanto gris
Del
picaporte a la mano, a la distancia
el
orgasmo tendido en los dientes
Qué
sé yo de su síntoma callado!
¡Qué
extensión de arena en la sangre!
V
Ignífera guitarra
He
saboreado mejores maderos
de
traste a traste
el
aserrín fue mejor polvo.
¿Qué
ígnea mano se puso en mi garganta?
Cinco
minutos
para
que ningún lago pueda.
Del
nudo coihue he bebido lerdo
tan
l-e-n-t-o, hasta ardeR
los
cascabeles del reposo.
VI
Abril fecundo
De
suerte Dios prendió abril
en
la solapa de los días
de
ansia a ansia…
al
fin!
Señal
de la cruz…
los
cinco misterios
tan
corto rosario!
Sin
embargo
laCreación
profunda cobija
los
labios más desnudos,
ños
más radicales que he visto.
Rezos
de gracia,
maná
la lengua.
Sé
que son camotes
las
hojas del otoño.
VII
Fecundación
Quedó
el contenido de las bolsas,
el
destino amante,
su
resto más originario
Instalose
el grafo
el más
poético.
VIII
Tronamar
VERBO.
Que con-jugo construimos.
Yo
tronamo
Tú
tronamas
Él
tronama
Nosotros
tronamamos, y exprimimos naranjas
naranjasdulcesbesosnaranjas
naranjasagriosgajosnaranjas.
IX
Verano
Fumo,
apoyada en tu cuerpo
Aterciopela
el humo a la tarde.
Con
caricias de aves-torpes me entrego
hasta
caer cenizas sobre tus miembros
Húmedos
Los
espacios de la siesta
el
contacto de alimentos.
Nutricia
gresca del amor
que
chilla.
X
Ciclo
Cumbre,
potencia, latido
A
veces surge la bulla que hospedo
Recorro,
disemino
El
veneno hasta cubrir los pozos
eclipsados
de las aguas
Desnuda
la miseria propia
Del
dolor al espacio de los nombres
de
lo inasequible al trino turbio
luego
el gorjeo joven pretende
LO
DE SIEMPRE
tumbado
en el bar intensivo
de
las penas
rehabilitarse
con la emulsión
de
un cuerpo opimo.
XI
Quietud
¿Qué
de vos? ¿los ojos ciruela?
Agridulce
negrura
filántropos
un
hospicio primero instaló la cabeza
si
no hubiera volado esa noche
transeúnte
sería.
XII
Hilandera
En
noche de cerveza y vino
fui molino
a
las apas corrió un obrero
pequeñito
color
canela
con
los ojos más negros
fui molino
de
noviembre.
XIII
Juncal
Junquillos
florecidos
atormentados
artesanos
¿Para
quién los canastos?
¿Para
quién las chupayas?
XIV
Celeste
Angelitos
canela
flores
dejan
silvestres
no-me-olvides.
XV
Llueven manos
Ah!
Si
de la rosa llovieran manos
las
caricias no cabrían en las pupilas
seria
mares debajo de las uñas
los
callos que conservo montañas
y
el sol naciente a las cutículas
las
dejaría girasoles de día
Ay!
Si
de la rosa llovieran manos
tendría
más pezones para ofrecerte
a
tu boca ambiciosa sería
pan,
manzanas, leche y cancioncitas
…
SÍ
de
la rosa llueven manos, vida.
XVI
La Santa
Chocan
estrellas a la carne
miles
de puntas como lazos
Sangre
hirviente del cactus
cactus
estelares, lácteos
marinos
encuentros, astrales
qué confuso mundo
del
cielo las caricias
al
mar las formas
del
desierto
que
te amamanto luego muerta
hasta
el fin mineral.
XVII
Suaves
Bueyes
arriba, yunta, ramas.
Gruesas
ramas para leños
Toscas
huellas
H o m b r e s
suaves.
Vuelo
y tierra te damos
La
bohemia de las plumas
La
paja, el barro, el alimento.
XVIII
Novena Revelación
RE
B EL
ac IÓN
A U S E N C I A
Aullidos
D
O
L
O
R
en los labios verticales
-
Pór Ti cos -
XIX
Elementales
(aire)
La
mujer esta vez desboca
“en
el vientre mariposas”
Las
alas de ojos negros dejan
Maravilla
de insecto en el útero.
(concreto)
Tan
rápida la luna, mariposa
Que
esta casa se vacía de vuelos
Que
se quede en ornamento.
(agua)
Hay
crecida en cuatro lunas
El
muelle no se ve.
(arena)
Mar
adentro la obra
Cultivo
De Perlas
(tierra)
Este
collar en círculo y cruz
Sobre tu cuello
Amaru
(fuego)
Ternura
fémina.
XX
Ventanal
Miraba
al viento,
Los
pétalos del ciruelo de jardín
Revolotear
Justifico
la ausencia
Pasajera
de septiembre
En
rosa y blanco.
XXI
Habitáculo
La
tinta con la que escribo
Puede
todos los perfumes de naranjos
Que
guardo en la espesa circunferencia
De
mi ombligo
Puente
de la historia
Qué
bueno es ser hija de mi madre
Hoy
la palabra “caserito”
Anduvo
errática
Desde
la mañana hasta esta hora
Sin
embargo, se estaciona
Nunca
vi la panza desde esta posición
Es
una estrategia más de la guerra
Festejo
la rosa que se abre
La
línea vellosa
Mi
sexo tupido
Ahí,
como mágicos
Los
pétalos olorosos
Anuncian
La
apertura
Del
mercado de las flores.
XXII
Hijx
Sexo
anárquico
ELla
Existe
más allá de mi placer.
XXIII
Nodriza
De
la nave uterina
Baja
El paso firme.
Recuerdo
aquella tarde del franco
R e c o r r i d o literario
Las
hojas y las lágrimas
Permítanme
decir:
Intervención
cósmica
A
la emoción misma.
XXIV
Ósculo materno
Hoy
escuché
tus
latidos,
CORAZÓN
del
mundo
S
U
B
T
E
R
R
Á
N
E
O
Que
del cauce de ríos marrones
Urbanos,
contaminados, VUELVO!
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